REFLEXIÓN FINAL LA CELESTINA
En esta entrada del día 16 de abril voy a reflexionar profundamente sobre la materia que hemos dado durante varias semanas: La Celestina. Esta obra marca la transición entre dos grandes épocas del mundo literario: la Edad Media y el Renacimiento. Bien se sabe que entre estos dos tiempos hay considerables diferencias y significa el paso a un cambio radical, sobretodo en el tema y la técnica.
Por un lado, esta obra sirve como contrapunto al esplendor de valores cultivados en la época medieval, tales como la idealización de divinidades y, en mayor medida, el amor. En La Celestina podemos ver continuamente parodias y sátiras sobre la idealización, personificación y exaltación del amor. El principal ejemplo de ello y el eje sobre el cual gira la historia es el exagerado amor cortés de Calisto hacia Melibea, narrado por clases populares con el único fin de ridiculizar este gran sentimiento. Calisto comete el pecado de la gineolatría, que consiste en divinizar de algún modo la figura de Melibea, cuando simplemente es una doncella que ni siquiera le corresponde el amor a Calisto. Para dar humor, desechar esta idealización del amor y ponernos los pies en la Tierra están Sempronio y Pármeno, entre ortos personajes que pertenecen al pueblo llano. Estos se encargan de inculcarnos los nuevos valores incipientes del Prerrenacimiento, así como el pesimismo, el realismo, la absurdidad de los valores caballerescos... En definitiva contarnos que la vida no es tan idealizada y amorosa como pintan los nobles.
Además, otro aspecto muy importante que se habla en esta obra es el papel que juega el destino. Todos estamos predestinados a una vida que iremos descubriendo poco a poco y no podemos desafiar todas esas cosas que nos tiene preparados el destino. No todo ocurre de manera azarosa, por lo que debemos responder conforme a los que nos va pasando y no alterar ese camino vital ya trazado. Si no obedecemos, tiene como castigo impuesto la muerte. Esto se puede ver cuando Calisto fuerza al destino a cambiar la situación sentimental de Melibea mediante los hechizos de Celestina para que se enamore de él. A priori funciona, pero el final de esta tragicomedia acaba con la muerte de Calisto y el suicidio de Melibea por el dolor que le causa la defunción de su "amado". La muerte es el castigo moral y siempre vencerá.
Gracias a esta composición de Fernando de Rojas hubo una mejor comprensión de la transición entre estas dos épocas, pudimos comprender que no todo en la vida cumple con nuestras expectativas y cada acontecimiento que nos presenta ocurre por alguna razón. En resumen, La Celestina refleja el mundo que mira hacia el futura en cuanto a pensamientos (pueblo llano) y otro mundo que se quiere estancar en la percepción de la vida más conveniente para ellos (nobleza).
Por un lado, esta obra sirve como contrapunto al esplendor de valores cultivados en la época medieval, tales como la idealización de divinidades y, en mayor medida, el amor. En La Celestina podemos ver continuamente parodias y sátiras sobre la idealización, personificación y exaltación del amor. El principal ejemplo de ello y el eje sobre el cual gira la historia es el exagerado amor cortés de Calisto hacia Melibea, narrado por clases populares con el único fin de ridiculizar este gran sentimiento. Calisto comete el pecado de la gineolatría, que consiste en divinizar de algún modo la figura de Melibea, cuando simplemente es una doncella que ni siquiera le corresponde el amor a Calisto. Para dar humor, desechar esta idealización del amor y ponernos los pies en la Tierra están Sempronio y Pármeno, entre ortos personajes que pertenecen al pueblo llano. Estos se encargan de inculcarnos los nuevos valores incipientes del Prerrenacimiento, así como el pesimismo, el realismo, la absurdidad de los valores caballerescos... En definitiva contarnos que la vida no es tan idealizada y amorosa como pintan los nobles.
Además, otro aspecto muy importante que se habla en esta obra es el papel que juega el destino. Todos estamos predestinados a una vida que iremos descubriendo poco a poco y no podemos desafiar todas esas cosas que nos tiene preparados el destino. No todo ocurre de manera azarosa, por lo que debemos responder conforme a los que nos va pasando y no alterar ese camino vital ya trazado. Si no obedecemos, tiene como castigo impuesto la muerte. Esto se puede ver cuando Calisto fuerza al destino a cambiar la situación sentimental de Melibea mediante los hechizos de Celestina para que se enamore de él. A priori funciona, pero el final de esta tragicomedia acaba con la muerte de Calisto y el suicidio de Melibea por el dolor que le causa la defunción de su "amado". La muerte es el castigo moral y siempre vencerá.
Gracias a esta composición de Fernando de Rojas hubo una mejor comprensión de la transición entre estas dos épocas, pudimos comprender que no todo en la vida cumple con nuestras expectativas y cada acontecimiento que nos presenta ocurre por alguna razón. En resumen, La Celestina refleja el mundo que mira hacia el futura en cuanto a pensamientos (pueblo llano) y otro mundo que se quiere estancar en la percepción de la vida más conveniente para ellos (nobleza).
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